El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

05 marzo 2013

PARA MEDITAR

¿CUÁNTOS FUNCIONARIOS HACEN FALTA PARA MATAR UNA VACA?
Roberto nos manda este interesante artículo:
La respuesta es: tres. Al menos, en EEUU. Uno, para certificar que a la vaca no se la sacrifica de manera cruel. Otro, para inspeccionar la carne del animal y comprobar que no tiene enfermedades o parásitos transmisibles al ser humano. Y un tercero para examinar los instrumentos que se han utilizado en el sacrificio y comprobar que cumplen las condiciones higiénicas. ¿Hacen falta tres funcionarios para ver si a una vaca se la mata como Dios manda? ¿No puede uno de ellos hacer dos cosas (por ejemplo, ver si el animal no sufre demasiado y si no tiene bacterias)?
Un servidor no ha pisado un matadero en su vida, así que no tiene mucha idea. Pero, en principio, le parece que la respuesta es 'no'.
Hay quien dice que en España se necesitan once: uno sujeta el cuchillo y los otros 10 lanzan la vaca hacia él, también que aquí no se necesitan funcionarios para matar una vaca: se le paga a un veterinario o a la empresa afín del consejero de turno y ya le puedes pegar un tiro a la vaca, aunque relinche por la crueldad empleada.
En Europa estamos descubriendo que la carne de vaca es en realidad de caballo, y en EEUU que la tercera parte del pescado que consumimos no es lo que creemos que es. Un bacalao viaja 15.000 kilómetros en su vida. Si cae en unas redes, viajará otros 15.000 kilómetros hasta que llegue a la cazuela. En ese tiempo, solo Dios sabe cómo pueden filetear al bicho, o qué le pueden poner, por no hablar de lo que ya tendría en el cuerpo antes de morir.
El problema es que demandamos protección jurídica para más y más cosas, lo que implica que los Estados crezcan y crezcan. Es un problema de solución difícil.
El 54% de los estadounidenses favorecen un ‘mix’ de ajuste del déficit que consista “sobre todo” en recortes del gasto. Pero ¿qué pasa cuando se les da una lista de 19 partidas en las que recortar? Que en las 19 una mayoría de los ciudadanos quiere mantener el gasto actual... ¡o aumentarlo!
En una era geológica previa trabajé de prácticas en un diario regional en el que uno de los jefes presumía de no pagar a Hacienda. "No uso transporte público, no uso sanidad pública, y ya pago al Ayuntamiento en los aparcamientos".
Unos años después me lo encontré inesperadamente en un bar. Había dejado el periódico. Ahora era el jefe de prensa del presidente autonómico. [ver artículo completo]

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